Todavía son muchos los Abogados que ven con recelo las Asociaciones Profesionales de Abogados que se han venido creando en los últimos tiempos a lo largo y ancho de la geografía española, y las razones son de lo más variopintas.
En algunos casos se dice que tenemos a los Colegios de Abogados que son los legítimos defensores de los intereses de la profesión y ven a las Asociaciones como una amenaza contra la propia existencia de los Colegios. Y nada más lejos de la realidad, ya que no les falta razón en cuanto a los que tendrían que ser los objetivos de los Colegios de Abogados, pero desgraciadamente no quieren abrir los ojos y ver que la teoría va por un camino y la práctica va por otro, en tanto en cuanto hoy por hoy las corporaciones colegiales, los consejos autonómicos y el Consejo General están muy lejos de abanderar los verdaderos intereses de la Abogacía como colectivo, estando sus órganos de gobierno sumidos en una nube inalcanzable para el Abogado de a pie o de infantería.
Otros ven a esas Asociaciones como un instrumento más, inútil e inservible, y que sólo sirven para pagar otra cuota más y punto, como si fuesen un segundo Colegio y, por lo tanto, piensan que para pagos inútiles ya tienen suficiente con el que realizan a los Colegios de Abogados. Estos Abogados, a diferencia de los anteriores, suelen tener una visión crítica de los Colegios de Abogados por la falta de defensa de sus intereses, pero no hacen nada por exigirles que canalicen sus reivindicaciones.
Y por último, también están los Abogados que ven los Colegios como unas instituciones caducas pero que se ven obligados a pertenecer a ellas por imposición legal, pagando religiosamente sus cuotas a los sólos efectos de poder ejercer la profesión dentro de marco legalmente establecido, por lo que no les interesa lo más mínimo la actividad colegial y, menos aun, las Asociaciones que se puedan crear.
Sin embargo, los que sí creemos firmemente en las Asociaciones Profesionales de Abogados estamos firmemente convencidos que hoy por hoy deben existir por la paulatina y progresiva dejación de funciones y alejamiento de los objetivos que le son propios a las instituciones teóricamente representativas de la profesión. Efectivamente, los Colegios de Abogados, sus Consejos Autonómicos y el Consejo General de la Abogacía se han convertidos en instrumentos afines al poder político de turno y “garantes” de los derechos de los justiciables, olvidando al colectivo al que se deben y que les da sentido, razón por la cual entiendo han ido proliferando las Asociaciones Profesionales de Abogados en los últimos tiempos en España.
En la actualidad las Asociaciones Profesionales de Abogados, y mientras los Colegios y demás entes corporativos mantengan su actual posición, son el único instrumento válido y eficaz para la defensa de los intereses profesionales con plenas garantías de independencia; si bien, para ello, nuestro colectivo profesional ha de tomar conciencia de que la única forma de hacerse valer frente a la Administración y frente a la sociedad en general es uniéndose y romper con el individualismo que nos caracteriza y que tanto daño nos está causando, de manera que alcancen una representatividad importante. Por ello animo a cuantos Compañeros tengan inquietudes por mejorar nuestra situación profesional en cuanto se refiere a las precarias condiciones de prestación del servicio del Turno de Oficio a que se inscriban en la Confederación Española de Abogados del Turno de Oficio y Asistencia Jurídica Gratuita (C.E.A.T.), bien a título individual, bien a través de alguna de las Asociaciones que la integran, una de las cuales tengo el honor de presidir.
MANUEL DE LA TORRE MARTIN
Col.: 2.860-ICAGR
Presidente FORO DE ABOGADOS INDEPENDIENTES DE GRANADA
Vicepresidente C.E.A.T.
2 comentarios:
Los Colegios de Abogados no pueden defender los intereses de los Abogados de turno de oficio, al menos en el mio somos minoria los Abogados adscritos al turno de oficio, por tanto, no interesa nuestras peticiones.
Un Colegio de Abogados, a tenor de su filosofía y sobremanera de las funciones y graves obligaciones que le son propias legalmente, tiene el deber de defender los intereses de todos sus colegiados; todos, al margen de que sean más o menos los concretamente afectados.
No importa que sean pocos compañeros los que desempeñen el servicio del Turno: lo importante es que el Colegio, con su Decano al frente, debe fajarse en la defensa de los intereses de esos colegiados. Punto. No es un tema opinable, es por ministerio de la ley.
El problema radica en la dejación de sus funciones que históricamente vienen cometiendo las instituciones representativas de nuestra profesión, como muy bien señaló nuestro compañero Manuel de la Torre. Ahí se incardina, precisamente, la necesariedad de crear nuevos instrumentos de cohesión en nuestro colectivo que asuma y patrocine esa defensa y, paralelamente, fuerce a los Colegios, con su creciente implantación en el común de los compañeros, a cambiar de actitud y tomar partido decisivamente -como le ordena la legislación vigente- por la defensa corporativa de la profesión, sin dependencias ni compadreos con intereses bastardos que nos resultan ajenos.
Publicar un comentario